¿Qué pasa cuando la familia de tu pareja no te quiere?

El que se casa, casa quiere. Uno de los populares refranes conocidos cuando una pareja forma un hogar diferente a su familia original.

A razón de esto, cuando una pareja se constituye y uno de los miembros incluye al otro en su – familia original -, surge un gran choque: ¿Qué pasa cuando la familia de tu pareja no se enamora de ti?.

Gissela Echeverría Castro en su programa radial «Déjame que te cuente», conversó con la Doctora María del Carmen Borrero, Psicoterapeuta en Terapia Familiar Sistémica y analizaron este frecuente problema que surge en terapia familiar.

Para poner en contexto, en palabras de María Carmen Borrero:

Cuando 2 personas se unen para hacer una relación de pareja, no solamente se unen 2 individuos, se unen 2 seres que traen un bagaje y una historia familiar, una serie de costumbres y creencias de formas de ver la vida, de valores distintos. En ese momento, necesitan llegar a acuerdos para poder ir resolviendo esas diferencias.

No hay nada malo en ti, no te responsabilices por la situación.

En gran parte de los casos, el problema radica en que el hijo o la hija tiene pareja, sea quien sea. Esto recalcan los especialistas en el tema, sobre de no tomarte muy a pecho las actitudes. Hay padres que no aceptan que sus hijos crezcan, otras veces, pueden darse factores distintos como desear que los hijos tengan parejas de un nivel socioeconómico alto, que tengan cierta afinidad política, cierta religión, que sean de la misma raza o cultura, etc.

Todo estos elementos no hacen más que levantar muros injustificables, esos de los que nosotros no somos responsables.

Si la familia de mi pareja no me acepta, lo último que debemos hacer es echar en cara al ser amado, el tipo de padre o madre que tiene. No podemos bajo ninguna circunstancia criticar a su entorno familiar ni amenazarlo. Según la Doctora Borrero, es importante no discutir bajo ninguna circunstancia por estas situaciones, sino más bien, tratar de conversar lo que nos hace sentir incómodos y empatizar sobre nuestros sentimientos con nuestra pareja.

Lo más importante: contar con el apoyo de la pareja y estar de acuerdo en como se afrontará esta situación.

¿De qué manera? Es necesario mantener una buena comunicación y dejar claros cuáles van a ser nuestros límites:

–        No invalidar el sentimiento de ambas personas en la relación.

–        Defender lo establecido afirmando los límites de cada familia.

–        Habrán temas tolerables que tendremos que ceder en ambas partes para que se pueda manejar de mejor forma la tensión.

Y el consejo más importante, conversar lo más pronto sobre los sentimientos para evitar problemas a futuro y que la relación se vea afectada.

Invitamos a escuchar la entrevista completa para resolver dudas:

 

Cuantas veces hay que perdonar una infidelidad

¿Cuántas veces hay que perdonar una infidelidad?

Existe mucha controversia ante la decisión de perdonar o no una infidelidad. En conversaciones con pacientes, amistades o familiares, determinan que no se debe perdonar. Sin embargo, cuando de atravesar esta situación se trata, muchas personas están dispuestas a perdonar una infidelidad por esperanza a que las cosas mejoren.

¿Cuál es la razón? Detrás del acto de perdonar hay una relación de pareja que tiene historia, hay muchos años de vida compartida, hijos, un proyecto de vida que se estructuró al momento de casarse y formar una familia, por lo tanto, no es una decisión tan fácil el romper por una infidelidad.

Esto nos lleva a la siguiente pregunta ¿Cuántas veces debo perdonar una infidelidad?.

Para responder, debemos definir los tipos de infidelidades que se detectan:

Infidelidad ocasional: Aquella sin trascendencia para la persona. No hay una pareja paralela permanente. Esta infidelidad es cuando no fue planificada y suelen ser fugaz.

Infidelidad estructural: Es la que se repite una y otra vez, y el/la infiel no tiene consciencia del daño que causa, ni tiene el interés por cambiar.

Este tipo de infidelidad es la que lleva por mucho tiempo repitiéndose, refiriéndonos a que el hombre es infiel. Existen muchas mujeres que cuentan a través de su historia que su pareja les fue infiel muchas veces, pero después “cambió”. El efecto dura un tiempo y después nuevamente este tipo de hombres buscarán situaciones para encontrarse con nuevos estímulos. Es propio del “galán” seductor, el donjuán y quienes encuentran atractivo seducir y conquistar.

Este tipo de relaciones caen en un bucle de violencia emocional, en el que en un principio existe la separación, pero luego, el infiel regresa y a través de la manipulación logra acceder nuevamente a la relación. El problema existe cuando la pareja ya no tiene confianza. Es decir, se produce una profunda herida emocional.

Para entender, imagina que estás tomado de la mano con tu pareja y de repente esta persona interpone el pie. Caes estrepitosamente y te lastimas. Esta persona “ayuda” a levantarte y pide que sigas caminando. Aunque viste su accionar lo intentas nuevamente y más adelante pone nuevamente el pie y no solo eso, sino que el piso te patea y luego otra vez dice: “sigue caminando”. Y luego, otra vez y otra vez.

Esto es una infidelidad estructural, la ofensa se repite una y otra vez y quién ofende, muchas veces, no sabe como detenerse.

Aquí nos referimos ahora a la persona que está consintiendo el accionar. No es la persona infiel a la que vamos a dejar, sino a la relación sistemática y abusiva de la que tienes que huir. -De la infidelidad estructural hay que escapar -.

Si tu pareja, no tiene la suficiente empatía con tu dolor y solo menciona el “déjalo ir” y no hace un reconocimiento pleno del daño causado es la señal que tienes que terminar esa relación.

Perdonar una infidelidad depende de ti, de acuerdo con el balance que tengas de la relación.

Entonces, ¿cuántas veces debo perdonar una infidelidad? Es una pregunta que debes responder tu mismo con base a tu experiencia y balance de los actos. Y depende de si aquella persona que ofendió o hizo el daño está dispuesto hacer algo para cambiar. Si, por otro lado, la persona no demuestra sensibilidad por la situación, lo mejor es hacerse a un lado.

Toma las riendas de tu vida, toma la decisión y pregúntate si vale la pena quedarse en la relación. Muchas mujeres se desgastan manteniendo una relación ya sea por miedo, por afrontar económicamente todo o por el que dirán, se les rompe el corazón de pensar sobre los daños a terceros.

Si te encuentras en una situación así recuerda, no es tu responsabilidad que tu pareja cambie. Lo que sí es tu responsabilidad es tomar una decisión para ti.

Cuando se toma la decisión con valentía y el asumir que fue suficiente será el inicio de una nueva historia que te permitirá vivir con dignidad.

 

Por: Gissela Echeverría